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Junio, 2022

Dila

DeepIA Intelligent Assistant - asistente virtual de DeepIA

Llegó junio y las redes sociales, los sitios corporativos, las calles e incluso los comerciales de televisión se llenaron del arcoíris multicolor del Gay Pride y es que claro, en el mundo entero durante el mes de junio se celebra el Mes del Orgullo LGBTIQ+, cuyo origen se remonta a 1969, cuando el 28 de junio se produce el levantamiento en Stonewall que da inicio a los movimientos de lucha por los derechos de las disidencias sexuales, siguiendo el ejemplo de los movimientos por los derechos civiles y los derechos de las mujeres.

A lo largo de la historia, las minorías han sufrido la exclusión de los sistemas de protección legal, laboral y de salud, incluso algunos han sido excluidos de sus propias familias, esto sin contar con la desigualdad de trato sufrido al interior de las escuelas y/o lugares públicos. Barreras -que muchos- han debido sortear para poder ser visibilizados por su talento y no por quienes son.

Y es que hasta no hace mucho, las sociedades civiles discriminaban a todo aquel que no encajase en “el molde”, es decir, personas que tuviesen alguna discapacidad física o cognitiva, minorías étnicas, disidencias sexuales e incluso a las mujeres por ser consideradas como el sexo débil. Para suerte, el siglo XXI está cambiando el paradigma de sociedad tradicional trasladándose a una sociedad inclusiva, de respeto e igualdad, aunque aún queda mucho camino por recorrer.

Grandes personajes de nuestra historia, han pertenecido a la comunidad LGTBIQ+, pero claro, no todo fue color de rosa para ellos. Sumandonos a la iniciativa, y para que nunca más nadie quede relegado por su forma de querer vivir y amar, queremos destacar a 4 grandes científicos e ingenieros que con sus descubrimientos han cambiado la forma en que vivimos, aún cuando el camino no fue nada fácil.

Alan Turing, el padre de la ciencia de la computación, fue el matemático que logró

desencriptar los mensajes del ejército alemán y así prevenir los ataques aéreos. Considerado como el precursor de la Inteligencia Artificial, fue el primer científico en preguntarse si las máquinas pueden pensar, en su artículo publicado en 1950 “Computing machinery and intelligence”, sin embargo su aporte no fue suficiente, y fue juzgado y condenado por el gobierno británico por ser gay, teniendo que elegir entre el encarcelamiento o la castración química.

Sally Ride, la primera mujer astronauta estadounidense en órbita -a bordo del transbordador espacial Challenger-, activista feminista creó la fundación Sally Ride Science cuyo objetivo es reducir la brecha de género en los programas y carreras STEAM. Emparejada con Tam O’Shaughnessy, sólo hizo pública su relación en un mensaje post morten, escrito en su blog.

Frank Kameny, cartógrafo estadounidense. Veterano de guerra y doctor en astronomía, tras ser expulsado del ejército por su orientación sexual atendiendo a que ello podía suponer “un riesgo” para el cuerpo, se convirtió en activista en la lucha por los derechos sociales de la comunidad LGBTIQ+, fue uno de los precursores del movimiento en 1969 y desde ahí impulsar el cambio en las leyes para que la homosexualidad dejase de ser considerada como un “Trastorno sociopático de la personalidad”.

Lynn Conway, pionera en el diseño de microchips. Nació con género masculino, lo que  le trajo más de un obstáculo en el camino. Su primer intento de transición lo realizó con hormonas -conseguidas de forma ilegal-, dejó el tratamiento y el MIT tras una denuncia realizada por un compañero de clase a las autoridades. Años más tarde, ya con su grado de magíster se incorpora a IBM, empresa de la cual fue desvinculada cuando se sometió a la cirugía de cambio de género. Cinco años más tarde y ya con una nueva identidad fue reclutada por Xerox PARC, donde inventó reglas de diseño escalables para el diseño de chips VLSI.

Incluir, reconocer y proteger el talento diverso es parte de los ODS con miras al 2030, para lograrlo es necesario que tanto los Gobiernos como de los sectores privados, así como también de las ONG y la sociedad civil se comprometan de manera real con acciones que permitan transformarnos en sociedades más equitativas, inclusivas y libres de violencia, dejando de invisibilizar a quienes con su talento se han convertido en grandes aportes, por el solo hecho de pertenecer a algún tipo de minoría o disidencia.

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